El joven Rodrigo Bacre, de 20 años, murió asesinado el último 29 de enero a la madrugada en la puerta del boliche Blue Demon, ex Chicharrón, de un disparo durante un enfrentamiento a tiros. Con Rodrigo son dos los chicos asesinados en los últimos cinco meses en ese local nocturno de la calle Sarandí 1338, en San Cristóbal.
El asesinato ocurrió ayer alrededor de las seis de la mañana cuando dos grupos de jóvenes se enfrentaron en el boliche. Aparentemente, la confrontación habría sido entre dos grupos de distintos barrios, uno de Constitución y otro de Barracas, y estos últimos habrían disparado desde afuera del local, y una de esas balas fue la que alcanzó a Rodrigo.
El abogado de la familia de la víctima, Rodrigo González, afirmó que ayer ya había "algunos detenidos" y que se tenían "pistas fuertes". Además el asesinato podría haber sido filmado por las cámaras de seguridad instaladas en la calle.
El dueño del boliche, que se identificó como Adrián, aseguró que los enfrentamientos ocurrieron fuera de su local, pero los amigos del joven asesinado desmintieron esta versión y dijeron que Rodrigo murió adentro.
Cuando llegó la policía al lugar del asesinato, los jóvenes empezaron a tirarles piedras. Durante los disturbios, se produjo un accidente por el cual cuatro personas debieron ser hospitalizadas con politraumatismos, mientras que un patrullero que se dirigía al lugar chocó a las pocas cuadras con un taxi sin generar lesiones.
Sin embargo, los problemas no son nuevos para los vecinos de la cuadra. El 4 de septiembre pasado, en la puerta del mismo boliche, mataron a golpes a Lucas Maldonado, un joven con problemas motrices y de crecimiento. Tras aquel hecho, las autoridades habían cerrado el local, que volvió a abrir hace poco más de un mes.
"No nos sorprende nada esto. Cuando asesinaron al otro chico [Lucas], habían cerrado el lugar y pintado de negro la fachada con una foto de él y velas. Este siempre fue un lugar muy conflictivo. Me da mucho miedo esta situación, el barrio se ha venido abajo", denunció María Ester, una vecina de la cuadra.
Rodrigo o "Roro", como lo llamaban en confianza, trabajaba "en changas", según los amigos. Tenía una hermana y una sobrina, y se juntaba con sus amigos a jugar a la PlayStation o ir a la pileta en Parque Norte.
Los amigos dijeron que iban seguido a ese boliche, donde pasan música reggaeton. Además, comentaron que van personas desde los 14 hasta los 40 años. Recordaron que al lugar ya lo habían clausurado varias veces, y denunciaron: "Podías entrar con armas porque a los que conocen no los revisan".
"Este es un barrio sin seguridad después de las 18. A mí me están agarrando ataques de pánico. Esto es así todos los fines de semana, sobre todo viernes y sábados. Me voy a tener que ir a vivir a otro lugar", dijo un vecino de edad avanzada.
"¿Qué podemos hacer los vecinos? Todo sigue igual, hace más de diez años que esto es así. No podés dormir tranquila. A este lugar lo clausuran y lo vuelven a abrir", se quejó, resignada, Alicia, otra vecina de la cuadra.
Fuentes: Diario La Nación y vecinos del lugar
